Cádiz (y Sanlúcar de Barrameda)

caleta

avenidanocheEsta pasada semana santa (conocida como easter en el mundo anglosajón), por fin nos decidimos a tirar rumbo al sur en lugar de visitar de nuevo tierras asturianas o gallegas. Pernoctar en Cádiz nos resultaba algo caro y además dificultoso, pues es complicado aparcar el coche por allí, así que nos decidimos a buscar en las cercanías una pensión o un hotel asequible.avenidadia Encontramos el Hotel Guadalquivir (una vieja gloria reformada, parecida al Hotel Lisboa de Badajoz) en la localidad de Sanlúcar de Barrameda. Desde el octavo piso donde nos dieron habitación se veía de frente parte del parque natural de Doñana, con lo que las vistas y los atardeceres estaban asegurados.doñanafondo

pizarroSanlúcar en concreto no tiene demasiado que ver, aunque es el único sitio en España donde se hace el «manzanilla», una verdadera delicia de vino, sobre todo si ésta es «en rama», que tiene más cuerpo y aroma.lacigarrera Así, hay muchas bodegas dedicadas a este menester que también ofrecen visitas guiadas por sus instalaciones, más o menos económicas (he de decir que no hice ninguna, aunque me vine cargado de botellas de manzanilla, moscatel y Pedro Ximénez; éste último tomado como sobremesa es verdaderamente exquisito). Los alrededores de Sanlúcar también son muy interesantes: la zona de Bonanza y más allá, la Algaida con su pinar y su ermita son dignos de visita. gaviotaypresaEn sentido contrario, se pueden ir recorriendo playas hasta llegar a Chipiona, localidad de nacimiento de Isabel Pantoja.gaviotas

puertasdetierra

La «tacita de plata» (Cádiz) es visitable en un sólo día, eso sí, de forma apresurada. Tras entrar por las puertas de tierra, puede recorrerse todo su contorno en unas horas para, posteriormente, adentrarse y perderse por su callejas, tomar algunas cervezas y comer de tapeo. tapeoCasi de forma obligada, hay que visitar el parque genovés. parquegenovesEn semana santa se complica más el asunto, pues las procesiones suelen provocar muchos cortes de calles, pero no se le pueden pedir peras al olmo. Tampoco subimos a la torre Tavira, pues nos pareció algo caro pagar 6 € por subir. Puede disfrutarse de una magnífica puesta de sol desde la playa de la Caleta o desde el paseo Fernando Quiñones, que conduce al castillo de San Sebastián.calle

contraluzDurante los cuatro días que pasamos por la zona, uno se va adaptando a la muy característica filosofía de vida de los gaditanos: tranquilidad en el vivir, no darle demasiadas vueltas a los problemas (todo esto es lo que a mí me pareció, por supuesto, y puedo estar muy equivocado), disfrutar de los pequeños placeres de la vida, como es estar tomando «manzanilla» a todas horas, etcétera.

panoramica

catedralviejaHay un pequeño restaurante entre Sanlúcar y Chipiona, llamado «Bar Bachicha» (quien quiera visitarlo habrá de buscarlo), donde nos atendieron estupendamente y donde probamos unas deliciosas acedías. Aunque tampoco desmerecieron los chipirones ni los boquerones. Como he mencionado anteriormente, el dueño nos invitó, para sobremesa, a un chupito de Pedro Ximénez que supo a gloria.alvuelo

No sé cuál de las bodegas de Sanlúcar es más apropiada para comprar «manzanilla», pero como este señor nos recomendó «La Gitana», allí fuimos. En cierto modo, también era lo más cómodo, pues sus bodegas están justo frente al Hotel Guadalquivir donde pernoctábamos.bodega

Aquí en Badajoz tenemos un pequeño rinconcito de Cádiz en el barrio de San Fernando, donde puede disfrutarse del «TapaTeo» (incluido un «aperiti-vito»). El bar-cervecería Cádiz ofrece tapas muy abundantes y a un precio bastante económico, servidas con todo el salero del que regenta el local, un gaditano de pura cepa.arcopopulo No quepa duda que, si se visita Badajoz, es uno de los lugares que recomiendo para comer o cenar. Mis favoritas: salmorejo con jamón, pollo al ajillo-limón, surtidito de ibéricos, calamar relleno de york-queso, chipirones plancha, solomillo al roquefort, lagrimitas de pollo, brocheta de rape y ensalada de pollo con mostaza-miel. Aunque se echan de menos las tortillitas de camarones y las papas aliñás.

cerveceriacadizbadajoz

Abejas II

Abeja, azahar, limón y rayo de luz

Una de mis primeras publicaciones en este blog fue un interrogante: ¿Qué crees que pasaría si las abejas desapareciesen de la faz de la Tierra?

De vez en cuando, los medios informativos tratan ligeramente el tema: que si colonias enteras de colmenas han desaparecido de cierta zona de Estados Unidos, que si el número de abejas desciende sin cesar en todo el mundo…

No sé si la misteriosa desaparición de una inmensa cantidad de abejas es causante de desastres naturales, pero sí que tiene que ver, seguro, con un posible desequilibrio en la flora del planeta y, al fin y al cabo, es ésta una de las fuerzas formadoras y reformadoras del planeta, pues si la vegetación desaparece de una ladera de una montaña, ésta sufre una mayor erosión que si hubiera plantas y árboles en ella. Si las flores no son polinizadas, no darán frutos y muchos animales no podrán alimentarse.

Las abejas pueden estar haciendo el papel del lubricante en un motor, pues son como pequeñas partículas que hacen que todo funcione. Son como una especie de sustancia, a través de la cual se distribuye la energía solar a toda la red trófica.

Un animal que no pica, que no agrede a no ser que sea atacado (normalmente por los seres humanos) no puede ser perjudicial e incluso debe tener un rol muy importante en la naturaleza del planeta Tierra (y posiblemente en otros, si llegásemos a colonizar alguno). Debemos razonar sobre el hecho de que, cuando una abeja pica, ella pierde la vida.

Además, nos evita tener que tomar un «veneno» como es el azúcar blanco refinado, realizando de forma casi altruista la donación de esa sustancia que enriquece tés e infusiones variadas (y que puede usarse de tantísimas maneras en la cocina): la miel.