¿Cómo ser feliz?

De todas las preguntas posibles, probablemente ésta sea la más difícil de responder. Entre otras razones porque lo que a uno le puede proporcionar felicidad a otro le puede ocasionar tristeza. Sin embargo, a lo largo de este trabajo se sostiene la importancia de abordar esta cuestión a pesar de las dificultades.

Aún a riesgo de caer en la recomendación fácil, vamos a transcribir a continuación algunas sugerencias que pretenden sintetizar lo que se expone a lo largo de toda la obra. Son las siguientes:

1. Gestión del tiempo.- La distribución del tiempo es esencial, lo cual implica reservar tiempo para sí mismo. Hay que combinar el tiempo dedicado al trabajo y a la familia con el tiempo dedicado a los intereses personales. Un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo.

2. Fijarse objetivos realistas.- En función del tiempo disponible y de las posibilidades y limitaciones, hay que fijarse metas alcanzables, que supongan retos en un punto equidistante entre la excesiva facilidad que genera aburrimiento y la excesiva dificultad que genera estrés.

3. Disfrutar los pequeños avances que se consiguen.- Las emociones positivas crean hábito, por tanto hay que potenciarlas. Valorar los logros que uno consigue es una forma.

4. Autoestima.- La perfección es imposible en el ser humano. Pero a pesar de las imperfecciones y los errores, es importante mantener un elevado nivel de autoestima. A veces hay que ser permisivos consigo mismo y con los demás. Si las cosas no salen como uno desea, no hay que irritarse o martirizarse. Hay que conceder una segunda oportunidad, en primer lugar a nosotros mismos.

5. Ser positivo.- Ya sabemos que es difícil ser positivo con los problemas que nos rodean, pero merece la pena intentarlo. De lo contrario, ¿qué sentido tiene la vida? Por otra parte, ser positivo y optimista repercute positivamente en la salud.

6. Sentido del humor.- Relativizar situaciones conflictivas es saludable. Ayuda a prevenir enfermedades físicas y mentales, relaja, disminuye la tensión, alegra la vida y hace posible expresar sentimientos negativos sin provocar estrés.

7. Reír.- Se ha demostrado que la risa estimula la mayor parte de los sistemas fisiológicos del cuerpo y tiene efectos positivos sobre el sistema inmunitario. Una buena carcajada acelera el ritmo cardíaco, mejora la circulación y hace trabajar todo el cuerpo; alivia la depresión y otros problemas emocionales. El reto está en aprender a autoprovocarse la risa voluntariamente.

8. Altruismo.- Ayudar a los demás aumenta la autoestima. «Hacer el bien sin mirar a quien» es saludable. Se ha observado, por ejemplo, que personas implicadas en actividades de voluntariado se sienten mejor.

9. Mantener relaciones sociales.- Los vínculos sociales sirven como una «red de apoyo» que previene de estados negativos. El contacto social es un estímulo positivo y una fuente de satisfacción personal.

10. No dejarse influir negativamente por los demás.- Hay que evitar dejarnos influir por gente que está permanentemente descontenta, insatisfecha, envidiosa, frustrada, egoísta, etc. Es decir, en actitud negativa. Su influencia nos puede quitar energía positiva. En las relaciones sociales es preferible frecuentar personas positivas, trabajadoras, alegres, que transmiten energía positiva.

11. Música.- Escuchar música, cantar y bailar provocan estados emocionales positivos. También es un buen tratamiento contra la depresión.

12. Ejercicio físico.- La práctica del ejercicio físico (caminar, natación, ciclismo, etc.) tiene efectos positivos sobre la salud física y psíquica.

13. Imaginación emotiva.- A veces es saludable fantasear sobre lo que a uno le gustaría hacer, dónde le gustaría ir, con quién quisiera estar, etc., y emocionarse intencionalmente con ese pensamiento.

14. Relajación.- Practicar frecuentemente técnicas de relajación, respiración, meditación y control emocional es una manera de procurar estar en forma, con múltiples efectos positivos.

15. Ser escuchado.- Cuando se tiene algún problema es importante encontrar a alguien que sea capaz de escuchar, sin juzgar, y que sirva de apoyo y ayuda de cara a una clarificación de la situación y a vislumbrar posibles vías de acción.

16. Expresar afecto.- Expresar los propios sentimientos y emociones a los seres queridos ayuda a mantener buenas relaciones íntimas, que repercuten positivamente en los estados de ánimo.

FELICIDAD Y COMPROMISO SOCIAL:

Sería un grave error interpretar que lo que estamos propugnando es un «mundo feliz» con personas despreocupadas por el compromiso social y el sufrimiento de los demás. Es cierto que «ojos que no ven, corazón que no siente» y, por tanto, en determinados momentos, es preferible ignorar ciertos acontecimientos para preservar la estabilidad emocional. Pero la felicidad, tal cual la estamos considerando, no debe entenderse como consecuencia de la «política del avestruz», de esconder la cabeza debajo del ala para ignorar las amenazas que nos acechan.

A veces se ha dicho que los más felices son los «infelices». Aquí infelices tiene el sentido de persona que reúne alguna (o todas) de las características siguientes: despreocupada, sin compromisos, «ligera de cascos», no muy inteligente, ignorante de la realidad, sin ambiciones, etc. Sin embargo, la evidencia empírica no confirma esta creencia popular. No es cierto que un optimista sea un pesimista mal informado.

Extracto del libro «Educación emocional y bienestar» de Rafael Bisquerra Alzina.