Gaucho matemático

Aquí me pongo a calcular

los tres dígitos de mi entero.

Arranco con el primero

y por tres lo multiplico,

al segundo, lo duplico,

y todo lo sumo al tercero.

Pido esmero al que se acerca,

que reste nueve al resultado,

lo triplique y lo dé por terminado.

Ahijuna, de aquel digno entero

ha quedado un ciento menos.

¿Cuál era pues mi número, paisano?

Fuente: Situaciones problemáticas; Jaime Poniachik (compilador)

Un monstruo marino

Un espanto, algo jamás visto,

fue pescado ayer por un chico listo.

El monstruo, enorme, robusto y feo

tan sólo de cabeza tenía tres metros.

Era el cuerpo de esa gran cosa

el doble de la cabeza más media cola.

Sin ser renacuajo ni paramecio,

del largo total, la cola era un tercio.

Si ahora el chico listo fuera usted,

¿sabría la extensión del extraño pez?

Fuente: Situaciones problemáticas; Jaime Poniachik (compilador)

El cantar de los cantares

Tengo una tristeza que me empaña las gafas.

 
Paseo, lento y ansioso,
por las aceras de esta ciudad,
alma desolada.
Me tiro de cabeza a sendos rios,
que se forman a los lados
del lodoso asfalto,
manantial de lágrimas;
penoso rostro el mío,
cadenas de seriedad mis pelos.

 
Paseo y de no olerte a tí,
huele a calamares y chatos de vino,
a lluvia cayendo, a mercería
y pequeñas tiendas
de artículos de regalo.

 
Y en lo más profundo de mi sexo,
huelo tu sombra y tu vacío…
como siempre, superaré.
Pero necesito comerme un bocadillo
con queso, lo que sea y algo
de calor, para el aroma.

Antolín Álvaro Sanz

…antes de la debacle inspiracional.

«Vemos la luz del atardecer anaranjada y violeta porque llega demasiado cansada de luchar contra el espacio y el tiempo.»

Albert Einstein

«Aunque ellos mismos lo ignoren, ningún creador escribe para los otros, ni para sí mismo, ni mucho menos, para satisfacer un anhelo de creación, sino porque no puede dejar de escribir.»

Oliverio Girondo

«Poeta: no regales tu libro; destrúyelo tú mismo.»

Eduardo Torres

Costumbre de guerra, duda de paz

Siempre bajo presión,
intentando actuar de forma adecuada,
siguiendo los valores impuestos,
observando cómo la vida pasa,
preso de los más absurdos inventos:
moral, familia, Dios, tiempo.

 

Como un peón,
destinado a las más grandes glorias
o condenado al cruel sacrificio
en pos del bien común….
Soporto mi propia cruz,
(símbolo maldito de suplicio)
formada a partir de la memoria,
instrumento inútil de la humanidad.

 

Tremendos errores:
hipocresía, egoismo, miedo, rencor.
Odios injustos,
nacidos de la semilla del prejuicio.
Pánico a nuestra personalidad,
en oposición al modelo idiota de individuo.
Demasiado ciegos
para olvidar el instinto de supervivencia.
Propensos a humillar y despreciar
a quien nos ofrece algo nuevo, exótico,
dueños de la razón absoluta, mentimos
para conseguir nuestros fines.
Demasiado humanos, en definitiva,
para ceder, para bajar del pedestal
del centro del Universo. Así…

 

…armate uno, che,
dejá el agua correr.

Antolín Álvaro Sanz

—hace mucho, mucho tiempo.

«Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para mayores conquistas, ésos poseen el recto punto de vista para con la vida.»

Johann W. Goethe

Ansiedad

Puedo imaginar mil futuros diferentes,
puedo ver mil futuros de Sol helado,
con horribles normas e injustas leyes.

 
Días no venidos de grises edificios,
cielos quebrados, regularidad absoluta,
destino predicho, soledad dura
como hielo viejo, acciones sin motivo.

 
Pero quisiera saltar de mi pedestal,
arrojarme fuera de mi celda…
Y lo haría, si me lo pidieras,
o me lo dijeras, si estuvieses a mi lado.

 
Porque sería bonito inventar
un futuro de ojos brillantes,
sin ídolos ni deidades.
Un futuro sin futuro.

Antolín Álvaro Sanz

…recordando aquellas épocas adolescentes.

«¿Alguien es capaz de abandonar un edificio en cuya construcción gastó toda su vida, aunque ese edificio sea su propia prisión?»

Khalil Gibran

 

«Todos vivimos del pasado y nos vamos a pique con él.»

Johann W. Goethe

SONNÖV

SonnovMe ha dado por escuchar discos compactos (en este mundo digital cada vez tienen menos sentido, aunque a pesar de ello, sigo siendo un amante de los discos de vinilo) comprados en conciertos, y me he encontrado con este disco de los Sonnov. El grupo hace una música bastante «extraña», pero muy atractiva; te va sumergiendo en un universo sonoro de guitarras y percusión que hace que la mente divague y se pierda por paisajes, sentimientos y pensamientos.

Durante el concierto al cual asistí en The Rincón Pío Sound (Don Benito) expusieron en una pantalla tras el escenario, como si de un cine se tratara, imágenes que hacían recapacitar sobre la naturaleza humana, lo que hizo que este grupo pasara a formar parte de  ese elenco de recuerdos difusos que aparecen y desaparecen como el Guadiana.

Rebuscando por la web, he encontrado vídeos de conciertos suyos en la misma sala con fechas de 2011, 2012, 2013 y 2014…así que me intentaré mantener informado por si vuelven a finales del presente 2015 (decir que no recuerdo bien el año que les vi, pero debía ser 2011). También me compré una camiseta con los motivos dibujados en la portada del CD, que me gusta y me inspira.

En cualquier caso, aquí dejo un enlace que lleva al concierto que dieron el año pasado a principios de septiembre en la mencionada sala:

Por cierto, mis felicitaciones para toda la gente que mueve el tema de los conciertos en «The Rincón Pío Sound», ya que, aunque no sean buenos tiempos para la lírica, siguen ofreciendo una oferta cultural y de ocio muy interesante.

Metal will never die!

Egoísta

Podemos estar contentos,
ya somos dioses.
Huecos por dentro
y con una costra
de odios y temores.

No huyamos del caos,
olvidemos nuestras ropas
que nos encierran
en el desierto de las apariencias.

Saboreo, sufro, lo helado
de la situación.
Estoy tan cerca
de entrar en el callejón,
de crear la tormenta.

No es propio de dios usar la compasión.

Pero el silencio se perturba,
los dioses se excluyen,
estúpidos y egocéntricos;
la historia queda sin terminar.

Antolín Álvaro Sanz

…recordando aquellas épocas adolescentes.

«En las historias de amor la felicidad es siempre igual, en cambio, cada desgracia tiene su fisonomía propia».

Lev Tolstoi

Llama

Tras la sombra de un ideal
me sumerjo cada amanecer;
sueño, con olvidos y temores,
encontrar cariños y pasiones,
palpitar glorioso, fuerte
de mi espíritu mortal.

 
Ni siquiera ya busco
lo que, con ilusión,
aceptaría de buen grado.
Pues me rodea, cerca,
distante, delirio carnal,
imposibles, por todos lados.

 
Una forma, un susurro,
noches de días soleados;
lluvia en los cristales,
lágrimas de un dios olvidado;
pero no, todo se pierde.

 
Será, quizá, porque siempre
traté de abarcarlo todo.
Nunca me conformé con uno
de entre mi colección de mundos,
me deslicé, pobre, en lo irreal.

 
Olvidé pasado y futuro,
hipócrita, desdoblé personalidades,
el placer devino en pena,
el fango inundó mi corazón.
Mi única ambición,
egoismo, maldad, yo.

 
Madurez, social vómito,
inercial sombra,
te odio a muerte
pues estropeas, zorra,
inocencias y vidas soñadas.

 
Y ahora estoy vacío, inerme,
ante tenues metas
y sucias esperanzas,
que no quiero cumplir ni en venganza.

 
Pero me arrastro,
demonio como todos,
fantasma mentiroso,
hacia mis intereses
y asquerosos delirios,
mal llamados placeres.

Antolín Álvaro Sanz

…hace ya más de veinte años.

Opus Nigrum

Vosotros, poetas, habéis hecho del amor una inmensa impostura: el que nos toca en suerte parece menos hermoso que esas rimas emparejadas como dos bocas una sobre otra. Y, sin embargo, ¿qué otro nombre le podemos dar a esa llama que resucita, como el Fénix, de su propia combustión, a esa necesidad de hallar de nuevo por la noche el rostro y el cuerpo que por la mañana hemos dejado? Pues algunos cuerpos son refrescantes como el agua, y sería bueno preguntarse por qué los más ardientes son los que más refrescan.

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¿Apreciáis la belleza? Sí, la belleza femenina. Anacreonte es un buen poeta y Sócrates un gran hombre, pero yo no comprendo cómo se puede renunciar a esos orbes de carne tierna y rosada, a esos cuerpos tan agradablemente distintos del nuestro, en donde se penetra como conquistadores en una ciudad engalanada de flores para ellos. Y si esa alegría miente y esas galas engañan, ¿qué más da?

Opus Nigrum, Marguerite Yourcenar