El cantar de los cantares

Tengo una tristeza que me empaña las gafas.

 
Paseo, lento y ansioso,
por las aceras de esta ciudad,
alma desolada.
Me tiro de cabeza a sendos rios,
que se forman a los lados
del lodoso asfalto,
manantial de lágrimas;
penoso rostro el mío,
cadenas de seriedad mis pelos.

 
Paseo y de no olerte a tí,
huele a calamares y chatos de vino,
a lluvia cayendo, a mercería
y pequeñas tiendas
de artículos de regalo.

 
Y en lo más profundo de mi sexo,
huelo tu sombra y tu vacío…
como siempre, superaré.
Pero necesito comerme un bocadillo
con queso, lo que sea y algo
de calor, para el aroma.

Antolín Álvaro Sanz

…antes de la debacle inspiracional.

«Vemos la luz del atardecer anaranjada y violeta porque llega demasiado cansada de luchar contra el espacio y el tiempo.»

Albert Einstein

«Aunque ellos mismos lo ignoren, ningún creador escribe para los otros, ni para sí mismo, ni mucho menos, para satisfacer un anhelo de creación, sino porque no puede dejar de escribir.»

Oliverio Girondo

«Poeta: no regales tu libro; destrúyelo tú mismo.»

Eduardo Torres

Hundido en mierda.

No he traído gafas de sol,
no me escondo de la verdad
aunque duela o maquille
en apariencias esta vida,
inútil obra teatral.

El aislamiento me abruma,
la sinceridad cerca
todas mis esperanzas.
¡Qué nadie lo olvide!

Las oportunidades cambian,
como en el desierto las dunas,
como en el invierno la blanca
lluvia de sueños helados,
fríos, como tus dedos.

Antolín Álvaro Sanz

…hace mucho, mucho tiempo.