Tras disfrutar de una Mondraker Concept básica por poco menos de 2 años, he cambiado de bicicleta por imperativo paterno (muy agradecido por el regalo), subiendo ligeramente el nivel.
Hay quien me aconsejaba una de 29, pero sigo pensando que mi tamaño no es ajustado para tan grande burra, por lo que debía ser una bicicleta de 27,5 (además, éstas últimas son más versátiles y manejables en ciudad). También me desaconsejaban los tres platos porque tales cambios pueden dar más problemas, pero personalmente decidí arriesgar y estoy cada día más contento de tener una mayor combinación de desarrollos. Los había que me decían que tal o cual marca tenía más calidad, etcétera…
Finalmente, después de dudar sobre todo con cuatro marcas, Scott, Merida, Trek y Focus, acabé decidiéndome por esta última MTB: Focus Black Forest, de 27,5, con tres platos y diez piñones, 12 kg de peso y un diseño que cumple, quizás, lo más importante a la hora de elegir tu bicicleta, que es nada más y nada menos que «cuando la veas, día tras día, apoyada en casa, te guste cada vez más», que, a medida que transcurra el tiempo, «estés más enamorado de tu bici».
A pesar de todo, todavía recuerdo con cariño aquella bici de carreras Connor de mi adolescencia, con los cambios de palanca (esos sí que no daban problemas). Echando la vista atrás, es asombroso como ha evolucionado el mundo de las bicicletas.
Para terminar, una oda de Queen a la bicicleta:
Usar la bicicleta para hacer deporte, pero también como medio de transporte, es sano, respetuoso con el medio ambiente y además muy económico.
Por cierto, me gustaría recomendar la siguiente película, dirigida por la cineasta Haifaa al-Mansour en 2012:
¡Vivan las bicicletas!
«No llego a comprender por qué, siendo los niños tan inteligentes, los adultos son tan tontos. Debe ser fruto de la educación».
Alexandre Dumas, hijo