Un poco más lejos…
El lugar…
Fotografías tomadas en el patio del Museo de Bellas Artes de Badajoz.
«Algunas personas nunca aprenderán nada por la sencilla razón de que lo entienden todo demasiado pronto».
Alexander Pope
Hará unos seis o siete años que acudí con un amigo a unos conciertos de fado que ofrecían de forma gratuita en el patio del Museo de Bellas Artes de Badajoz y me pareció una actividad digna de repetir. Por diversas razones (la principal es que han estado remodelando tal patio) no he tenido la oportunidad de escuchar conciertos allí…hasta este verano, que he decidido ir los cuatro jueves que se ha celebrado el XIII ciclo de conciertos: Jazz en el museo 2015.
Para ello he tenido que levantarme temprano y dar un paseo con la bicicleta, pues ha habido que recoger las entradas en las oficinas del museo en horario de 9 a 14 horas de lunes a jueves (aunque sobran tres días, pues los tickets se han estado agotando en las primeras horas del lunes). En cualquier caso, nada más saludable que madrugar un poco y darle un rato al pedaleo.
No comentaré demasiado en cuanto a la actuación de los diversos artistas ya que tampoco es que yo sea un verdadero aficionado al jazz y, desde luego, no tengo mucha idea:
Iván Melon Lewis y su banda tocaron, quizá, un jazz conceptual, que intenta crear nuevo estilo. Me hizo gracia (en el buen sentido) que un cubano comentara el calor sofocante que hacía en la ciudad de Badajoz.
Diane Whiterspoon, muy melódica, con un acompañamiento muy acertado, cantó temas de blues, de swing… Gustó mucho y, por ello, compré su disco «The very thought of you» que, según me indicaron, de los tres CD’s que tenían a la venta, era el que más se parecía a lo que había tocado esa noche.
Babacar Dieng & Los Diengoz hicieron un show de mestizaje de ritmos y estilos, muy interesante y atractivo, con un espectáculo que hubiera pedido, sin duda alguna, un escenario mucho más grande (a pesar de la magia que da celebrar los conciertos en el patio del MUBA).
The Gospel Times: Hubo de celebrarse en las instalaciones del Teatro López de Ayala de la capital pacense debido al alto grado de interés que estaban suscitando los conciertos, con lo cual se pasó de un aforo de 300 a 750 personas. A pesar de ello, y tras guardar cola durante cuarenta minutos, me quedé sin entradas para este evento.
La organización de los conciertos ha sido muy eficiente, siendo cuidadosos con la colocación del aforo máximo de 300 personas, si bien es posible que no sea demasiado acertado dar cuatro entradas por persona en la cola (podría reducirse a dos), pues personalmente pienso que hay gente que recoge las cuatro entradas y algunas se quedan sin utilizar (el hecho es que también se forman colas a la hora de completar el aforo al inicio del espectáculo). De todas formas, esperemos que estas actividades veraniegas se desarrollen por muchos más años, ya que son una gran oferta cultural para la ciudad de Badajoz.
Una fría (aunque soleada) mañana de Febrero de 2012 me animé a hacer una de las visitas guiadas gratuitas que organiza turismo de Badajoz por el casco antiguo de la ciudad.Me resultó interesante por dos razones: la primera es que muchas veces vivimos en una ciudad y no nos interesamos demasiado por su historia o por conocer algunos de sus edificios emblemáticos; la segunda es que en esta ciudad, desgraciadamente, para poder entrar en algunos de dichos edificios es condición necesaria asistir a tales visitas guiadas o esperar a la Noche en blanco (de la cual ya publiqué una entrada en el presente blog), ya que si no es imposible entrar por «diversos motivos».
Tal es el caso de Puerta Palmas, el Fuerte de San Cristóbal
o la parte superior de la iglesia de la virgen de la Soledad (de estilo bizantino, sorprendente en Badajoz, única: la pena fue que olvidé la cámara y no pude tomar fotografías, aunque buscando pueden encontrarse algunas en la www).
He tardado dos años en volver a asistir a estas visitas guiadas (que repito: son gratuitas), pero este verano ya llevo tres (correspondientes al programa de Verano de Museos 2014): la del museo provincial de bellas artes del 11 de julio, la del fuerte de San Cristóbal del día 12 y la del museo extremeño e iberoamericano de arte contemporáneo del 26, aunque creo que no será la última porque el programa de actividades de este año, que es el sexto que se realiza, está bastante bien (adjunto el programa al final de la entrada).
A lo largo de los pequeños viajes que he realizado por Europa he visitado ciudades importantes y en casi todas existe la figura del guía de Free Tour. Esta idea, cuando tomé contacto con ella, me pareció realmente genial, ya que es una manera de tomar un primer contacto con la ciudad que estamos visitando, mostrándose durante la visita las cosas más importantes, haciendo el guía indicaciones de las cosas que, quedando más lejanas o requiriendo un tiempo especial, no pueden verse durante las tres o cuatro horas que duran estos Free Tour.
Por norma general, estos guías son trabajadores autónomos y cobran su trabajo a través de las donaciones que el turista o el viajero les da al final de la visita, por lo cual, mientras mejor muestren la ciudad y te cuenten cosas interesantes de su historia o de la actualidad, se supone que más dinero reciben mediante las propinas.
El caso de los guías de estas visitas pacenses no es el de los Free Tour, ya que son personas contratadas, en principio para cada verano que se celebra el programa, por lo que no reciben ningún tipo de propina. En cualquier caso, cuando el guía lo hace bien, creo que hay que agradecer, al menos, con un aplauso de los asistentes a estas visitas. Por otro lado, he encontrado guías bastante buenas, que además de saber de historia y haber estudiado «el temario» de la visita en cuestión, le ponen ganas e interés (o sea, lo viven) y miran por el público diverso que pueden encontrarse.
También se ha dado el caso en dos de las visitas de este verano, que la guía parecía tener bastante prisa por terminar o bien no era consciente que podría haber «espectadores» con algún tipo de problema de movilidad. De todas formas, como el asunto va de museos, las guías que enseñan las obras de arte dentro de éstos, hicieron muy bien su trabajo, explicando con detalle y respondiendo a cualesquiera preguntas que se les hicieran.
Badajoz no es una ciudad grande ni ha conservado demasiado bien su patrimonio a lo largo de los años, pero tiene más capacidad de sorprender de lo que podría uno pensar. Además, hay que decir que ha mejorado mucho durante la última década en cuanto a oferta turística, comodidades, infraestructuras y ocio. Y su posición la hace ideal como centro de operaciones para visitar Cáceres, Mérida, el Alentejo portugués o incluso Lisboa.
Esperemos que este tipo de proyectos y programas continúen realizándose durante los veranos y las visitas guiadas por el centro sigan haciéndose los primeros sábados de cada mes…porque es una manera de atraer al turista, al viajero, al hijo adoptivo de la ciudad y porqué no, al propio pacense de cuna.
(Fotografías tomadas con una cámara digital compacta Olympus FE-330 por el autor del blog)