Hice esta tortilla de patatas hace mucho tiempo y la tomé una fotografía. Lo cierto es que no hago demasiadas tortillas últimamente, pues es algo engorroso: se ensucian muchos cacharros de cocina y es trabajoso pelar y partir las rodajas de patata…pero ¡está tan buena!
En mi caso, separo las yemas de las claras, batiendo éstas primero y añadiendo posteriormente las yemas. Anteriormente, he partido las patatas en lonchas/lascas finas pero no muy pequeñas (cebolla también de forma opcional) y las he pochado hasta que empiezan a dorar y quedan blanditas, en aceite de oliva. Bien escurridas las patatas (y la cebolla), las añado, junto con algo de sal, a los huevos batidos y mezclo bien. Con la sartén caliente y untada con algo de aceite, vierto la mezcla y voy jugando con el fuego hasta conseguir el punto que me gusta de cuajado para la tortilla (hay que tener cuidado al «darle la vuelta a la tortilla»).
Personalmente, me gusta tomar este plato cuando está templado. No me gusta comer la tortilla muy caliente, ni tampoco fría de la nevera. Algunas personas disfrutan metiendo trozos de tortilla en un plato con gazpacho (para el verano es una comida de mediodía bien apetitosa, alimenticia y nada pesada).
Esa tortilla… ¡oé!