Este paisaje fue tomado en las cercanías de una localidad pacense llamada Castuera, en una zona conocida como la «cuesta de badija». El pueblo pertenece a la comarca extremeña de nombre La Serena, pues casi no hay árboles y se divisa un horizonte infinito de pastos, alimento natural para las ovejas de las que se fabrica el queso y la torta con denominación de origen del mismo nombre.