Ambicionamos no plagiarnos ni a nosotros mismos, a ser siempre distintos, a renovarnos en cada poema, pero a medida que se acumulan y forman nuestra escueta o frondosa producción, debemos reconocer que a lo largo de nuestra existencia hemos escrito un solo y único poema.
Oliverio Girondo
Todavía recuerdo la primera vez que vi «El lado oscuro del corazón», de Eliseo Subiela. Noches mágicas llenas de libaciones de amistad… Y el escuchar recitar el poema anterior, fresco, sorprendente…
La obra poética de Girondo es una de las más profundas y originales que ha dado América Latina en el siglo XX. Y es el propio Borges quien afirma «me he sentido provinciano junto a él». Oliverio Girondo (1891-1967) ocupa por su propia densidad, por su originalidad y personalidad, un lugar privilegiado en la historia de la literatura hispanoamericana. Suyo fue el manifiesto del grupo «Martín Fierro».
La vida es un largo embrutecimiento. La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas; poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario; los mosquitos pueden volar tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles, y cuando deseamos viajar nos dirigimos a una agencia de vapores en vez de metamorfosear una silla en un trasatlántico.
Oliverio Girondo